¿Qué te parece esta versión moderna de «invitar» a los niños a irse a la cama? Puedes comparar con el Vamos a la cama de la familia Telerín y si te apetece, dejar tu comentario abajo:

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3 comentarios

Koldo Gilsanz Bravo · 13/10/2019 a las 9:54 pm

Más allá del contenido explícito de que el niño «sobra» o molesta, me llaman la atención lo grotesco de la estética y los múltiples cambios de plano y movimientos de la cámara; en general me resulta bastante ansiógeno como para ir «tranquilos» a dormir.

Mar Cortina · 14/10/2019 a las 9:38 am

Justo por eso lo elegí, porque la estética y el trato están diciendo mucho sobre Cómo percibimos a los niños, con qué falta de respeto y consideración y luego nos quejamos de que no están motivados, o de que hay muchos nilos hiperactivos,…en este tipo de cosas cotidianas , a veces están los orígenes

Sheila Verdú · 02/05/2020 a las 10:39 am

Estas canciones, y yo añadiría en medio «Nos vamos a la cama» de los Lunnis (https://www.youtube.com/watch?v=v4H5j1pnm0c) presentan, a primera vista, diferentes tipos de relación entre adultos y niños/as. En la familia Telerín, ni siquiera aparece la figura adulta, los niños y niñas toman la responsabilidad (especialmente la mayor de ellas, que adquiere un rol de adulta, de madre, al ocuparse del bebé). En los Lunnis, las figuras adultas acompañan a los niños y niñas a la hora de irse a dormir, mientras que en El Hormiguero, prácticamente se echa a los niños y niñas porque molestan.

Otro elemento que creo importante es la hora de emisión de cada uno de los vídeos, el contexto y la edad a la que va dirigido cada uno. La familia telerín se emitía a las 20.30h, los Lunnis a las 21h, antes de los informativos, mientras que el Hormiguero, que ya de por sí es un programa para adultos, acababa a las 22.30. Sin intención de generalizar, y basándome en mi experiencia, ya que me he ido a dormir con las dos últimas canciones, me gustaría señalar que la diferencia de trato hacie el niño o niña coincide con su propio desarrollo. Mientras los Lunnis son dibujos de «niños pequeños», que se van pronto a dormir, el propio hecho de ver el Hormiguero e irse tarde a dormir era signo de que el niño o niña se autoconsidera «mayor», y siguiendo la línea del programa, normaliza el lenguaje y las imágenes soeces, y las acepta y adopta como signo de su madurez. Es tan importante analizar cómo percibimos, como adultos, a los niños y niñas, como entender cómo se perciben a sí mismos/as.

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